tag:blogger.com,1999:blog-47330324501427966522024-03-12T21:57:08.087-07:00ResenasPrograma de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-45293406157146674552011-07-12T10:41:00.001-07:002011-07-12T10:41:50.610-07:00Entrevista a Rosa Nissán<!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p style="text-align: center;" align="center"><strong><span style="font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">“LOS VIAJES DE MI CUERPO, UN ACTO DE LIBERTAD ABSOLUTA”</span></strong><b><span style="font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX"><br /><strong><span style="font-family: Arial;">ENTREVISTA CON ROSA NISSÁN</span></strong></span></b><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p style="text-align: right;" align="right"><em><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">Por Mónica Gameros</span></em><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">Tuvimos el agrado de charlar más íntimamente con Rosa Nissán, autora de Los viajes de mi cuerpo, su quinta novela publicada por Editorial Planeta. </span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">Autora también de Novia que te vea, Rosa Nissán asegura en entrevista que su intención al escribir, no es sino un acto de libertad que busca hacer más libres a las mujeres. </span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">Casada hasta los 40 años, la autora nos asegura que aún está batallando por sacarse los limitantes aprendidos en el pasado, esos que no le dejaron ser independiente, aquellos que le esclavizan a lo que se espera de ella, que le provocan a ser entretenida porque así le educaron.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">Hoy Rosa Nissán, tiene más años y más experiencias que le provocan a seguir utilizando la literatura como recurso de exorcismo y cómo instrumento de cambio. </span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">Aquí la entrevista que nos permitió conocer más a una mujer que todavía está en la búsqueda de ser otra más libre y más segura.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">Mónica Gameros (MG): ¿Qué significa para ti la escritura?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">Rosa Nissán (RN): ¡Para mi, escribir es dar y leer es recibir! </span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Cuándo empiezas a escribir?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Yo empecé bastante grande porque estuve casada hasta los 40 años y para mi, estar casada fue negarme como persona y ser mujer para otros, hasta entonces no pude hacer otra cosa más que atender a mi esposo y a mis cuatros hijos.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Qué es lo que espera de este libro, Los viajes de mi cuerpo? ¿De alguna manera es un auto exorcismo?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Este es el libro que más me gusta y es en el que pude decir... (me mira y guarda un silencio como para recordar más). Bueno sí dije, en todos he dicho, pero aquí lo que yo quise decir fue A ver las chavas como lo leyeron... Mira, hace dos semanas le presté el libro a la señora que me va a ayudar con la limpieza y al siguiente domingo me lo trajo, y yo quería traerla a que presentara el libro. Se llama Belén, ella nunca había leído un libro sin monitos, nunca había terminado un libro y vino corriendo a mi casa y me dice ¡Ayyy, tenía un miedo de que no me hablara para que viniera, porque tengo mucho que hablar con usted!, y empezó a decirme que el libro se lo acabó. Y pues, ella ve tantas telenovelas que me dijo ¡Tiene que hacer la segunda parte, porque a ver, ¿qué pasó con fulanita, eh? y ¿A ver que pasó con merenganito?, y... ¡ya ve, tiene que hacer la segunda parte!. Yo estaba muy feliz con esa mujer. Por ella, quiero ir a presentar este libro a Zaragoza, a Tepito; quiero ir a presentarlo en esos lugares. Le tengo mucho amor a este libro, yo dije muchas cosas ahí. ¡Si para mi, escribir es dar y leer es recibir, entonces, bueno yo lo que tenía que dar, lo di en ese libro!.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Cuál es la necesidad de exponer a dos mujeres opuestas en tu novela?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Es que aquí yo hablo de una mujer muy reprimida, que era un poco gorda, que estuvo educada para pensar que todas las gordas son horribles, que no le gustan a nadie, y resulta que se encuentra a una mucho más gorda que ella pero que es muy atractiva, gusta mucho a los hombres y entonces dice ¡Ahh!, entonces eso fue un mito, una mentira, porque aquí estoy viendo a esta chava que pesa más de 100 kilos y por lo menos 30 más que yo... La otra chava tiene mucho éxito y es muy seductora, está cómoda en su cuerpo. Por cierto que Olivia se llama la muy gorda y Lola Luna se llama la menos gorda, pero Olivia le grita siempre a Lola Luna Yo estoy gorda, pero no acomplejada como tú.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Cuál es la relación entre estas mujeres?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Al principio se miran como opuestas, se rechazan mutuamente...</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Debido a una competencia sexual?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: NO, no, no. La otra tenía lo que cada una rechazaba. Lola Luna rechaza a Olivia porque es, no sólo gorda sino muy gorda, y Olivia la rechaza a Lola Luna porque la ve nada coqueta, nada sensual, la ve como una mujer sin chiste, la ve gris y es lo que rechaza, una mujer gris con mocasines, con vestidos oscuros, con vestidos anchos, peinada muy... como una monja casi, y eso es lo que expongo, una monja y una puta casi. ¡Y se van a juntar!.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿El concepto de libertad está ligado directamente en la novela con la libertad sexual que tiene el personaje de Olivia en Los viajes de mi cuerpo?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Pues sí, más bien, porque la otra tiene 40 años y sólo ha hecho el amor con su marido, pero ¡ayyy por obligación! o ¡ayyy que latoso, ayy que lata!, sin placer.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Qué representa el personaje de Jerónimo en Los viajes de mi cuerpo?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Es el tercer personaje importante. Los papeles protagónicos son dos mujeres y Jerónimo.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Lola Luna, aprende a soltarse gracias a que aprende a estar en silencio con Jerónimo, verdad?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Sí, porque se siente cómoda, ya no tiene que estar quedando bien, con él nunca tuvo que quedar bien, eso la hizo descansar mucho.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Y Jerónimo ayuda a Lola Luna a liberarse un poco?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Sí ayuda a hacerla sentirse bien con su cuerpo, la acepta gordita, ¡le gusta gordita!... ¡La quiere gordita!. ¡Jerónimo le dice a Lola que es virgen!</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Qué significa la libertad para Rosa Nissán?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Pues... pensar por mi misma, yo creo.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Rosa tenía la idea, desde chiquita, de que se tenía que casar y tener hijos, o simplemente se vio obligada?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: No, es que no tenía ni siquiera otra opción y ahí lo cuento muy bien, en Novia que te vea, yo desde los 12 o 13 años, ya estaba preparada para casarme. Después me di cuenta de que yo no había escogido; me di cuenta de muchas cosas, porque te pones a escribir y no sabes que va a pasar... no lo sabes. ¡Nadie lo sabe!</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Qué piensa ahora?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Que no es necesario que uno se haga harakiri para querer a alguien y para vivir con otro, que es que los dos estén con una vida propia, que no somos uno, ni somos la mitad de ninguna costilla; somos dos que nos queremos y que queremos compartir la vida, pero sin anularnos en aras de... ¿de qué?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: Si hoy tuviera treinta años ¿cómo le gustaría que fuera su vida?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Pues como la de todas ustedes que tienen 30 años (Otra vez sus ojos se vuelven redondos mientras guarda silencio y como si saliera de un lugar al que se ha ido momentáneamente, responde). No sé, es muy difícil tu pregunta. Para empezar, ahora muchas mujeres no quieren tener hijos, y yo no estoy segura de... ¡Ni de quererlos ni de no quererlos!; son decisiones muy difíciles. Es muy difícil esa decisión, te puede tomar toda la vida. ¡Y nunca vas a saber si la que tomaste fue la mejor!. Yo no la tuve que pensar, simplemente no tenía... ¡No escogí!. No como ahora, que una muchacha como tú, (que) sí puedes escoger. Y no diría directamente ¡Claro, la maternidad!... ¡No!, ¡por eso es difícil!. Son las decisiones difíciles de la vida, como casarse y no casarse, como tener hijos y no tener hijos... ¡Qué cosas tan difíciles!</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: Y hablando de decisiones difíciles; ser escritora a veces resulta un acto de altruismo puro y un tipo de terapia mental liberalizadora pero ¿Qué le ha dejado contar ya con seis libros en su carrera como escritora? (Sin pensarlo mucho, Rosa Nissán responde bien segura...)</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: ¡Es un cambio de vida en absoluto!</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Se siente como una lupa? ¿Cómo alguien que estuviera estudiándolo todo? ¿Mira algo en especial?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Sí, claro. Todos los que escribimos tenemos que mirar el mundo que nos rodea. Por eso me gustó tanto viajar sola, porque no tenía que atender a nadie, podía mirar sin sentirme que tengo que entretener. Yo estoy educada para ser simpática, para que el otro esté bien y además también he tenido la locura de creer que tengo que entretener a la gente. Mi mamá también la tiene, entonces ya sé de dónde sale. Así me libero de la necesidad de ser simpática, de entretener a los otros.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Cómo es que alguien que está educada para entretener a los otros, puede guardar silencio y observar al mundo? Parece que tuviera dos extremos, una persona con una parte que es muy divertida, muy hilarante y otra que es muy silenciosa...</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Quiero vivir a gusto, sin que me digan ¡Oye no me pelas!;. También mis hijos me reclaman mucho, mi esposo les decía ¡Ya ven, su mamá está en su mundo!, bueno casi no me dejaba ni pensar. Yo tengo cuatro hijos y a las mujeres casi ni tener silencios para pensar nos han permitido. Escuchas ¡Caray oye estás muy callada!... ¡No, ni eso, creo que hasta el silencio nos los quitan!</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Cuál sería su mayor acto de libertad entonces, el silencio o la palabra?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: ¡No!, ¡Con la palabra!. El silencio todavía no lo sé practicar tanto. Cuando estoy con otro, a veces sigo tratando de ser agradable... sigo tratando. En silencio no se estar con otro muy bien. Cuando estoy conmigo, hablo conmigo misma, es cuando me lo puedo permitir. Es que hay veces en que quiero estar conmigo y hay veces en que no quiero estar conmigo, quiero oir al otro o la otra, porque a mi lo que más me gusta en la vida es conocer gente, ¡es lo más bonito para mi!</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: Si usted tuviera que sugerir la lectura de su libro, ¿que sería lo que usted diría?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: Yo pienso que te va a hacer más libre y por eso te lo recomendaría; yo pienso que te va hacer mejor persona!. ¡Es mi ideal!.</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">MG: ¿Eso es lo que busca con cada libro que hace?</span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">RN: ¡No, eso es con éste en especial!. Para mi escribir es dar, no es otra cosa... ¡Es dar mi experiencia y quizá, lo mejor de mi!</span></p> <p><span style="font-size: 10pt; font-family: Arial; color: windowtext;" lang="ES-MX">Publicada en la página web del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir</span></p> <p><span lang="ES-MX"><a href="http://www.ilsb.org.mx/05actividades/presentaciones/entrevistaNissan.htm">http://www.ilsb.org.mx/05actividades/presentaciones/entrevistaNissan.htm</a></span><span style="color: windowtext;" lang="ES-MX"></span></p>Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-37305315514118978772010-10-19T15:51:00.000-07:002010-10-19T15:55:08.959-07:00Salón de belleza, de Mario Bellatin<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcToeRLv_oqMz82iWfA-oDbSPvNQNGWjtuK0aPVFLdllfFvE5Ws&t=1&usg=__tiPdJYM5HZUGfYaYmZnD_5IKtaw="><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 188px; height: 268px;" src="http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcToeRLv_oqMz82iWfA-oDbSPvNQNGWjtuK0aPVFLdllfFvE5Ws&t=1&usg=__tiPdJYM5HZUGfYaYmZnD_5IKtaw=" alt="" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"></div><blockquote><div style="text-align: justify;">Mario Bellatin, <span style="font-style: italic;">Salón de belleza</span>, Tusquets, México, 1999.<br /></div><span style="font-weight: bold;">Por: Alan Abarca Saint Martin</span><br />(alumno del Programa de Escritura Creativa)<br /></blockquote><br /><br /><div style="text-align: justify;">Despiertas un día y decides hacer un cambio en tu corte de cabello. Sales de casa y caminas hacia el salón de belleza de costumbre. Hay mucha gente afuera, pareciera que tardarías en entrar, sin embargo la gente no va por un corte. Pancartas, gritos y movimientos a favor de la defensa de los derechos es lo que adornan el espectáculo. Observas un aviso del gobierno en la puerta del mismo que dice “CLAUSURADO POR INSANIDAD” y la típica banda amarilla de los policías “PROHIBIDO EL PASO”. ¿Qué es lo que ocurre aquí? Preguntas a uno de los manifestantes. El salón se ha convertido en un Moridero y lo están clausurando, te contesta. ¿Moridero, qué es eso? Mario Bellatin nos responderá esa pregunta.<br />Salón de belleza (Tusquets, 1999) es una nouvelle que nos narra la historia de un peluquero sin nombre cuyo salón de belleza se convierte en un Moridero. Para saber exactamente qué es esto, le doy la palabra al narrador de la historia: Hace algunos años, mi interés por los acuarios me llevó a decorar mi salón de belleza con peces de distintos colores. Ahora el salón se ha transformado en un Moridero, donde van a terminar sus días quienes no tienen dónde hacerlo, me deprime ver cómo poco a poco los peces han ido desapareciendo . Algunas personas consideran este caso como algo humano, otros, como el gobierno, intentan clausurarlo por romper con las normas de higiene. ¿Por qué el salón de belleza se convierte en un Moridero? Una extraña peste brota en la ciudad, sin embargo no se sabe con exactitud qué es.<br />Con comparaciones entre las distintas peceras que adornan el salón, Bellatin nos adentra a un mundo donde la unidad y el apoyo es lo importante. Con elementos como la lectura en abismo, el lector observara la situación y muerte de los peces, pero no sólo de ellos, sino también de las personas que se encuentran allí. El autor juega con la estructura de la nouvelle al ir intercalando la situación de los peces con la de los humanos.<br />El lector experimentará distintas sensaciones con respecto a esta forma de morir tan común en la Edad Media. La nouvelle parece que cuenta la historia del peluquero, pero poniendo mayor atención, el personaje principal es el Moridero mismo. El peluquero sólo es el pretexto para contar la historia. De ahí que no tenga nombre alguno.<br />En Salón de belleza confluyen distintos aspectos de la vida humana: la ayuda, la tolerancia, las distintas actividades filantrópicas y, sobre todo, el amor de las personas que pareciera no existir en los personajes del Moridero, sin embargo hay una intensa carga de sentimientos por parte de los vivos como de los moribundos.<br />Este libro es recomendable para aquellas personas que busquen un alivio en la ayuda del prójimo. A pesar de que el peluquero llega a dudar de la decisión que tomó al recoger al primer enfermo e intentar escapar, al final decide compartir su poca vida que le queda con ellos. La decisión de morir asemeja la única salvación. Novela de tolerancia, novela de enfermedad y novela de muerte, Salón de belleza se inserta en una época donde las enfermedades no logran ser vencidas por los adelantos científicos.<br /></div>Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-14486113484057366242010-08-24T15:16:00.001-07:002010-08-24T15:18:20.443-07:00<blockquote><span style="font-weight:bold;">Una autobiografía soterrada<br />Sergio Pitol<br /></span></blockquote><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://almadia.com.mx/img_libros/PITOLPORTADAPAGINA.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 211px; height: 296px;" src="http://almadia.com.mx/img_libros/PITOLPORTADAPAGINA.jpg" border="0" alt="" /></a><br /><br /> <br />Colección: Mar Abierto<br />Género: Relato y ensayo<br />ISBN: 978607411038-8<br />Páginas: 144<br />P.V.P. $ 169<br />Fecha publicación: 04/2010<br />Encuadernación: Rústica, cosido y pegado<br />Tamaño: 13.5 x 21 cm<br /> autor<br /><br />Oscilando entre el ensayo y el relato Una autobiografía soterrada examina aquellos recuerdos, viajes y personas que conformaron el estilo de Sergio Pitol: su primer viaje en barco, la escala en La Habana que le deparó una noche alucinante; el influjo de la fiesta; su interés por ambientes e historias familiares; la escritura de sus novelas durante el extenso exilio europeo; su pasión por las zonas oscuras y los seres excéntricos. En los cuatro relatos y la conversación con Carlos Monsiváis aquí reunidas Pitol demuestra ser hijo de todo lo visto y lo soñado, pero también de la literatura misma. Una autobiografía soterrada revela los mecanismos internos de una obra plena de misterios en la cual no es extraño que el autor se transforme en el protagonista de sus propios relatos.Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-19659799472193592972010-08-05T18:15:00.000-07:002010-08-05T18:20:59.318-07:00"Nuestros escarabajos" de Sandra Lorenzano<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_AjUUnskZlqg/TFtiZeRdZ1I/AAAAAAAAAms/jP3hsoeGBak/s1600/22+escarabajos.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 200px; height: 156px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_AjUUnskZlqg/TFtiZeRdZ1I/AAAAAAAAAms/jP3hsoeGBak/s200/22+escarabajos.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5502099559525738322" border="0" /></a><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CADMINI%7E1%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} a:link, span.MsoHyperlink {color:blue; text-decoration:underline; text-underline:single;} a:visited, span.MsoHyperlinkFollowed {color:purple; text-decoration:underline; text-underline:single;} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Acaba de aparecer un libro delicioso: 22 escarabajos. Antología hispánica del cuento Beatle. Para celebrarlo escribí algo sobre mi relación con los “Fab Four”, y es lo que me gustaría compartir. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" lang="EN-US">Quizás era “Yesterday” o “A hard day’s night”. </span><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Debía ser el año 66 o 67. Era el cumpleaños de Johnny, un pelirrojito que ya no recuerdo si era compañero mío o de mi hermano, pero cuya casa quedaba al otro lado de las vías. Sé que lo que escribo sobre aquella época suena como si hubiera vivido en el far west. Era en realidad un deep south entrañable en el que la muerte era solamente un invento de Disney, nuestra casa una fortificación a prueba de tormentas y el relato familiar un cuento protector en el que éramos los personajes principales. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Faltaba poco para que la historia sacudiera nuestra infancia; faltaba poco para la muerte del Che en Bolivia (cuya imagen de cristo laico marcó tanto a los que eran apenas un poco mayores que nosotros); faltaba poco para Tlatelolco y para nuestro Cordobazo; para que se llevaran preso a mi padre por “zurdo” durante el primer gobierno militar que tengo en la memoria, el de Onganía y la “noche de los bastones largos” contra la autonomía universitaria. Nosotros le escribíamos cartas y le mandábamos dibujos, y teníamos prohibido contarles nada a nuestros compañeritos. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Mi madre fumaba y usaba biquini en el verano y yo pensaba que con sus 29 años estaba ya un poco mayor para eso. Ella escuchaba a Mozart y a Bach, y él a Duke Ellington y a Charlie Parker, como un personaje de cuento de Julio Cortázar. Escuchaban juntos a Piazzolla que llegaba a revolucionar el tango. Leían Rayuela y Cien años de soledad. Las portadas de las primeras ediciones de ambas novelas forman parte de mi iconografía del afecto. Íbamos, Pablo y yo, a la “democratiquísima” escuela pública, la única que valía la pena, con un democratiquísimo delantal blanco, todos parejos, a pesar de la terriblemente autoritaria ideología que buscaban imponer en el país. En esa democrática escuela en la que los apellidos criollos se mezclaban con los italianos, polacos, turcos y alemanes, unos años después -yo tendría 12- nos prohibieron bailar el “Pata–pata” de Miriam Makeba, tan recordado ahora gracias al mundial de Sudáfrica, por “atrevido” (al poco tiempo comenzarían a usar el término “subversivo”), y nos dijeron que “por ahora” mejor no consideráramos a Cuba un país. Quién sabe en qué acabaría ese relajo empezado por unos marxistas vendepatrias, jóvenes y barbados. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Pero el día del cumpleaños de Johnny aún no habíamos llegado a eso. El nombre del chico pelirrojo y pecoso, hoy me recuerda no sólo una novela de Dashiel Hammet sino el título de Daniel Sada: Porque parece mentira, la verdad nunca se sabe. Pero les juro que es cierto, que hubo un Johnny con pantalones cortos y flequillo, como todos los chicos de mis 6 años. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Tenía dos hermanas mayores, también de eso me acuerdo bien; dos hermanas que debían estar entrando en la adolescencia y que poseían el bien más deseado por un adolescente de aquellos años: un Winco. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Un tocadiscos que es el verdadero protagonista de esta historia. Los varones, como era de esperarse, se pusieron a jugar a la pelota. Las chicas nos pegamos a las hermanas de Johnny. Recuerdo con absoluta claridad – así es de extraña la memoria – el momento en que me preguntaron (cito textualmente): ¿Conocés a los Beatles? Sentí el vacío de la ignorancia.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Como cuando muchos años después, el chico que más me gustaba de toda <st1:personname productid="la Facultad" st="on">la Facultad</st1:personname> (tampoco había mucho de dónde elegir) me preguntó: “Pero tú, ¿estás de acuerdo con Heidegger?” Reconocer mi ignorancia con respecto al cuarteto de Liverpool me hubiera valido la expulsión del grupo de las “grandes”. Tampoco podía mentir porque me arriesgaba a que me preguntaran, por ejemplo, cuál era mi canción favorita. Así que mascullé una respuesta que no era “ni si ni no, ni blanco ni negro”, como el juego de los días de lluvia, y que a pesar de haber resultado a todas luces ininteligible me dio un salvoconducto. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Lo más probable es que la suya hubiera sido una pregunta más retórica que otra cosa y que no hubieran estado esperando una verdadera respuesta. Finalmente eran adolescentes y lo único que les importaba era escucharse a sí mismas…. ¡Y a los Beatles! Lo que vino después completó mi rito de iniciación: lado A y lado B de un disco sencillo puestos una y otra vez. Yo tenía 6 años, igual que los Beatles, y finalmente nuestros destinos se cruzaban. Dudo que para ellos eso haya tenido algún significado, pero para mí marcó mi entrada para siempre a mi propia generación.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Decía Borges que uno no puede evitar ser su contemporáneo. Y fue ese día, en el cumpleaños de Johnny, que me volví contemporánea de mí misma. Lo demás fue puro amor, como seguramente le pasó a cada uno de ustedes. Pablo y yo ahorrábamos para ir comprando cada uno de sus discos, tuvimos nuestro propio Winco, cantábamos a voz en cuello “I'm getting by with a little help from my friends”. O nos emocionábamos con “Let it be”. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Los Beatles fueron también el punto de inicio de otras relaciones apasionadas que surgieron a través de los años: con los Rolling, con Pink Floyd, con Janis Joplin. Y fue también el modo en que nuestra propia adolescencia se cruzó con aquello que por allá, al sur de todos los sures, se llama “el rock nacional”: Sui Generis en primerísimo lugar, liderado por un jovencito de bigote bicolor llamado Carlos Alberto Moreno Lange, más conocido como Charlie García, el Flaco Spinetta, Lito Nebbia y otros más que aún hoy me enchinan la piel y hacen que, como dice el tango, “se me piante un lagrimón”. Una generación de músicos que había crecido, por supuesto, escuchando a los Beatles. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Pero ahí la historia, con mayúsculas, estaba ya pisándonos los talones. Llegaron la muerte, la destrucción, la violencia y nuestro exilio. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >El mundo, nuestro mundo, desapareció para siempre. Los Beatles se separaron. Diez años después mataron a Lennon. Nunca volvimos a ver a nuestro propio Johnny. Y ni siquiera recuerdo los nombres de sus hermanas. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Y sin embargo, ahí están. Pasamos como ellos de la ingenuidad juvenil al compromiso, del desenfado a Vietnam, de las caricaturas a las manifestaciones, del flequillo infantil a los desaparecidos. Nos enamoramos y desenamoramos con sus canciones: “All you need is love”, cantaba Paul y todos sabíamos que teníamos permiso para nuestra saludable dosis de cursilería. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:Arial;color:black;" >Nos estamos haciendo viejos y ellos siguen con nosotros. Ahora cantamos a los gritos “She loves you ye, ye ,ye” con nuestros hijos que son también ya adultos. Pronto cantaremos con nuestros nietos, seguramente (soy casi antidiluviana). A nuestra propia nostalgia infantil, le sumamos ahora la nostalgia por esas otras infancias que también se perderán. Pero por mucha “Beatles rock band” que haya, por mucho i pod y mp3, por mucha tecnología que se atraviese en el camino, para mí los Beatles siempre sonarán a un disco sencillo – lado A y lado B – en un viejo Winco allá, al otro lado de las vías.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold; color: rgb(51, 51, 51);"><span style="font-size:100%;"><span style="color: rgb(255, 0, 0);"><span style="color: rgb(0, 0, 0);">Artículo de Dra. Sandra Lorenzano publicado en El Universal. El 3 de julio de 2010.</span></span></span></span>
<br /><span style=";font-family:Arial;color:black;" ><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><u><span style=";font-family:Arial;color:black;" ><a href="http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48922.html">
<br /></a></span></u></p><p class="MsoNormal"><u><span style=";font-family:Arial;color:black;" ><a href="http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48922.html">http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48922.html</a><o:p></o:p></span></u></p>
<br />
<br />Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-41831183155391799172010-06-06T06:46:00.003-07:002010-06-06T06:48:22.517-07:005 de junio: “Le pasó al país entero”. Por Sandra Lorenzano<blockquote><p class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="http://www.jornada.unam.mx/2009/08/04/fotos/008n1pol-1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img src="http://www.jornada.unam.mx/2009/08/04/fotos/008n1pol-1.jpg" border="0" height="212" width="320" /></a></b></p><div style="text-align: justify;"><p><b> Artículo de Sandra Lorenzano publicado en El Universal. 5 de junio de 2010</b></p></div><div style="text-align: justify;"><p><b>http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48606.html</b></p></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><p><br /></p></div><div style="text-align: justify;"><p><br /></p></div><div style="text-align: justify;"><p>Ponerle rostro a una tragedia hace que se vuelva más cercana; que se convierta en una parte de nuestra propia vida. La parte más oscura y dolorosa. La que nos asalta apenas bajamos la guardia. La que nos espera en los malos sueños. Aquella por donde asoman nuestros ausentes, nuestros miedos, nuestras angustias. Por eso, las páginas iniciales del libro de Diego Enrique Osorno, Nosotros somos los culpables. La tragedia de la Guardería ABC (Publicado por Grijalbo/Random House Mondadori con fecha de junio de 2010), son tan brutales. Porque hay cuarenta y nueve caritas que nos miran desde un pasado en que el horror no se hacía aún presente. Cuarenta y nueve rostros de los chiquitos que murieron en el incendio. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Son fotos que los padres y las madres les tomaron a sus hijos. Como las que tomamos todos. También ustedes y yo. Y ellos. Como todos. Decía Roland Barthes que en las fotografías la muerte es siempre un personaje más. Lo que fue ya no existe. Lo que es dejará de existir apenas se apriete el disparador. En el caso de las imágenes que nos sorprenden en las primeras páginas del libro de Diego Enrique Osorno, la literalidad de esta idea provoca escalofríos. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Hoy quería hablar de futbol. Se los juro. Pensaba tratar de contagiarme de la “fiebre mundialista”. Celebrar aquí el triunfo de México frente a Italia, o defender la estrategia de Diego Maradona. Lo mismo da. En este momento no tiene importancia. Ninguna. Porque es 5 de junio y se cumple un año de la tragedia de la Guardería ABC. Porque el libro que tengo en las manos, y las páginas de los periódicos, me recuerdan que aún no se ha hecho justicia, como en tantos otros casos en nuestro país. Porque el futbol es siempre parte de nuestra memoria infantil, como nos lo recuerda Luis Miguel Aguilar en su artículo más reciente, y hoy – 5 de junio - no tenemos derecho a hablar de la infancia. Ni de la nuestra, ni de la de nadie. Solamente podemos hablar – conteniendo la respiración, sintiendo dolor y furia a un tiempo – de las infancias truncas de los cuarenta y nueve niños. En la tradición judía a cada muerto joven le corresponde un árbol cortado. Nuevamente la literalidad. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Y en este bosque de pequeños árboles truncos, sólo podemos exigir que se castigue a los culpables. Estas líneas quieren ser un abrazo a las madres y padres que valientemente han emprendido la lucha por la justicia. Para decirles que estamos con ellos. Para sumar voces y más voces que se opongan al silencio del poder. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Carlos Monsiváis tiene razón, como siempre: lo de Hermosillo no le pasó a Hermosillo, le pasó al país entero. Sabemos que algunos querrán extender las redes de la amnesia sobre uno de los peores crímenes colectivos de nuestra historia reciente. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Estoy de acuerdo con lo que dice Ricardo Rocha en su prólogo, no se trata de una “tragedia” sino de un crimen. Algunos querrán extender las sombras del olvido sobre los mecanismos de corrupción e ineficiencia que llevaron a la muerte a cuarenta y nueve chiquitos. Las autoridades estatales y federales, las del Instituto Mexicano del Seguro Social (las de antes y las actuales), los funcionarios que prefirieron “hacerse de la vista gorda” ante las irregularidades de las guarderías subrogadas, los que aún no han cambiado las políticas a través de las cuales se entregan a particulares estas concesiones. “Todo se perpetró con la envoltura de la subrogación, un esquema perverso en la habilitación de las guarderías para los jodidos, es decir, los trabajadores, ellos y ellas: entre menos gasten los dueños, mayores son sus ganancias” (Ricardo Rocha en “Las madres más tristes del mundo”, prólogo a Nosotros somos los culpables) . Todos ellos tienen la obligación política, jurídica, pero sobre todo moral, de rendirle cuentas a la sociedad. ¿Por qué al presidente Calderón le cuesta tanto recibir a los padres que han conformado el Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de junio? </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Los ojos de todos los habitantes de México están puestos sobre los responsables. Por lo menos hoy, 5 de junio. No esperando los resultados de los partidos de futbol, sino esperando que se haga justicia. El documento emitido por la Suprema Corte marca, como pocas veces, la línea a seguir. “El costumbrismo nacional de violar la ley hizo que el gobierno de Sonora tuviera una bodega de papelería, sin medida de seguridad alguna, junto a una guardería. Así se dio un incendio en la bodega qué llegó a la guardería. El Máximo Tribunal sigue en el dictamen poniendo al desnudo a las instituciones, nos indica que: a) no había capacidad en los hospitales, b) ambulancias, c) total desorganización en el rescate, y d) El IMSS impidió que los niños fueran trasladados a hospitales en Sacramento California, EU.”, escribió Javier Cruz Angulo en su columna de ayer , dando cuenta de algunas de las muchísimas irregularidades que provocaron las muertes. Necesitamos que las instituciones encargadas de la procuración de justicia cumplan también su papel. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Diego Enrique Osorno construye una obra con las voces de todos; un relato coral para poder transmitirnos el dolor y la angustia que nacieron aquel viernes negro. Para poder transmitirnos la desesperación y la furia. Con las voces de todos. Hoy es 5 de junio y el libro se suma a las cuarenta y nueve caritas que exigen justicia.</p></div>Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-13645618332986117772010-06-06T06:46:00.002-07:002010-06-06T06:48:20.949-07:005 de junio: “Le pasó al país entero”. Por Sandra Lorenzano<blockquote><p class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="http://www.jornada.unam.mx/2009/08/04/fotos/008n1pol-1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img src="http://www.jornada.unam.mx/2009/08/04/fotos/008n1pol-1.jpg" border="0" height="212" width="320" /></a></b></p><div style="text-align: justify;"><p><b> Artículo de Sandra Lorenzano publicado en El Universal. 5 de junio de 2010</b></p></div><div style="text-align: justify;"><p><b>http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48606.html</b></p></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><p><br /></p></div><div style="text-align: justify;"><p><br /></p></div><div style="text-align: justify;"><p>Ponerle rostro a una tragedia hace que se vuelva más cercana; que se convierta en una parte de nuestra propia vida. La parte más oscura y dolorosa. La que nos asalta apenas bajamos la guardia. La que nos espera en los malos sueños. Aquella por donde asoman nuestros ausentes, nuestros miedos, nuestras angustias. Por eso, las páginas iniciales del libro de Diego Enrique Osorno, Nosotros somos los culpables. La tragedia de la Guardería ABC (Publicado por Grijalbo/Random House Mondadori con fecha de junio de 2010), son tan brutales. Porque hay cuarenta y nueve caritas que nos miran desde un pasado en que el horror no se hacía aún presente. Cuarenta y nueve rostros de los chiquitos que murieron en el incendio. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Son fotos que los padres y las madres les tomaron a sus hijos. Como las que tomamos todos. También ustedes y yo. Y ellos. Como todos. Decía Roland Barthes que en las fotografías la muerte es siempre un personaje más. Lo que fue ya no existe. Lo que es dejará de existir apenas se apriete el disparador. En el caso de las imágenes que nos sorprenden en las primeras páginas del libro de Diego Enrique Osorno, la literalidad de esta idea provoca escalofríos. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Hoy quería hablar de futbol. Se los juro. Pensaba tratar de contagiarme de la “fiebre mundialista”. Celebrar aquí el triunfo de México frente a Italia, o defender la estrategia de Diego Maradona. Lo mismo da. En este momento no tiene importancia. Ninguna. Porque es 5 de junio y se cumple un año de la tragedia de la Guardería ABC. Porque el libro que tengo en las manos, y las páginas de los periódicos, me recuerdan que aún no se ha hecho justicia, como en tantos otros casos en nuestro país. Porque el futbol es siempre parte de nuestra memoria infantil, como nos lo recuerda Luis Miguel Aguilar en su artículo más reciente, y hoy – 5 de junio - no tenemos derecho a hablar de la infancia. Ni de la nuestra, ni de la de nadie. Solamente podemos hablar – conteniendo la respiración, sintiendo dolor y furia a un tiempo – de las infancias truncas de los cuarenta y nueve niños. En la tradición judía a cada muerto joven le corresponde un árbol cortado. Nuevamente la literalidad. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Y en este bosque de pequeños árboles truncos, sólo podemos exigir que se castigue a los culpables. Estas líneas quieren ser un abrazo a las madres y padres que valientemente han emprendido la lucha por la justicia. Para decirles que estamos con ellos. Para sumar voces y más voces que se opongan al silencio del poder. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Carlos Monsiváis tiene razón, como siempre: lo de Hermosillo no le pasó a Hermosillo, le pasó al país entero. Sabemos que algunos querrán extender las redes de la amnesia sobre uno de los peores crímenes colectivos de nuestra historia reciente. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Estoy de acuerdo con lo que dice Ricardo Rocha en su prólogo, no se trata de una “tragedia” sino de un crimen. Algunos querrán extender las sombras del olvido sobre los mecanismos de corrupción e ineficiencia que llevaron a la muerte a cuarenta y nueve chiquitos. Las autoridades estatales y federales, las del Instituto Mexicano del Seguro Social (las de antes y las actuales), los funcionarios que prefirieron “hacerse de la vista gorda” ante las irregularidades de las guarderías subrogadas, los que aún no han cambiado las políticas a través de las cuales se entregan a particulares estas concesiones. “Todo se perpetró con la envoltura de la subrogación, un esquema perverso en la habilitación de las guarderías para los jodidos, es decir, los trabajadores, ellos y ellas: entre menos gasten los dueños, mayores son sus ganancias” (Ricardo Rocha en “Las madres más tristes del mundo”, prólogo a Nosotros somos los culpables) . Todos ellos tienen la obligación política, jurídica, pero sobre todo moral, de rendirle cuentas a la sociedad. ¿Por qué al presidente Calderón le cuesta tanto recibir a los padres que han conformado el Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de junio? </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Los ojos de todos los habitantes de México están puestos sobre los responsables. Por lo menos hoy, 5 de junio. No esperando los resultados de los partidos de futbol, sino esperando que se haga justicia. El documento emitido por la Suprema Corte marca, como pocas veces, la línea a seguir. “El costumbrismo nacional de violar la ley hizo que el gobierno de Sonora tuviera una bodega de papelería, sin medida de seguridad alguna, junto a una guardería. Así se dio un incendio en la bodega qué llegó a la guardería. El Máximo Tribunal sigue en el dictamen poniendo al desnudo a las instituciones, nos indica que: a) no había capacidad en los hospitales, b) ambulancias, c) total desorganización en el rescate, y d) El IMSS impidió que los niños fueran trasladados a hospitales en Sacramento California, EU.”, escribió Javier Cruz Angulo en su columna de ayer , dando cuenta de algunas de las muchísimas irregularidades que provocaron las muertes. Necesitamos que las instituciones encargadas de la procuración de justicia cumplan también su papel. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Diego Enrique Osorno construye una obra con las voces de todos; un relato coral para poder transmitirnos el dolor y la angustia que nacieron aquel viernes negro. Para poder transmitirnos la desesperación y la furia. Con las voces de todos. Hoy es 5 de junio y el libro se suma a las cuarenta y nueve caritas que exigen justicia.</p></div>Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-83051580598975503382010-06-06T06:46:00.001-07:002010-06-06T06:46:58.783-07:005 de junio: “Le pasó al país entero”. Por Sandra Lorenzano<blockquote><p class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="http://www.jornada.unam.mx/2009/08/04/fotos/008n1pol-1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img src="http://www.jornada.unam.mx/2009/08/04/fotos/008n1pol-1.jpg" border="0" height="212" width="320" /></a></b></p><div style="text-align: justify;"><p><b> Artículo de Sandra Lorenzano publicado en El Universal. 5 de junio de 2010</b></p></div><div style="text-align: justify;"><p><b>http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48606.html</b></p></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><p><br /></p></div><div style="text-align: justify;"><p><br /></p></div><div style="text-align: justify;"><p>Ponerle rostro a una tragedia hace que se vuelva más cercana; que se convierta en una parte de nuestra propia vida. La parte más oscura y dolorosa. La que nos asalta apenas bajamos la guardia. La que nos espera en los malos sueños. Aquella por donde asoman nuestros ausentes, nuestros miedos, nuestras angustias. Por eso, las páginas iniciales del libro de Diego Enrique Osorno, Nosotros somos los culpables. La tragedia de la Guardería ABC (Publicado por Grijalbo/Random House Mondadori con fecha de junio de 2010), son tan brutales. Porque hay cuarenta y nueve caritas que nos miran desde un pasado en que el horror no se hacía aún presente. Cuarenta y nueve rostros de los chiquitos que murieron en el incendio. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Son fotos que los padres y las madres les tomaron a sus hijos. Como las que tomamos todos. También ustedes y yo. Y ellos. Como todos. Decía Roland Barthes que en las fotografías la muerte es siempre un personaje más. Lo que fue ya no existe. Lo que es dejará de existir apenas se apriete el disparador. En el caso de las imágenes que nos sorprenden en las primeras páginas del libro de Diego Enrique Osorno, la literalidad de esta idea provoca escalofríos. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Hoy quería hablar de futbol. Se los juro. Pensaba tratar de contagiarme de la “fiebre mundialista”. Celebrar aquí el triunfo de México frente a Italia, o defender la estrategia de Diego Maradona. Lo mismo da. En este momento no tiene importancia. Ninguna. Porque es 5 de junio y se cumple un año de la tragedia de la Guardería ABC. Porque el libro que tengo en las manos, y las páginas de los periódicos, me recuerdan que aún no se ha hecho justicia, como en tantos otros casos en nuestro país. Porque el futbol es siempre parte de nuestra memoria infantil, como nos lo recuerda Luis Miguel Aguilar en su artículo más reciente, y hoy – 5 de junio - no tenemos derecho a hablar de la infancia. Ni de la nuestra, ni de la de nadie. Solamente podemos hablar – conteniendo la respiración, sintiendo dolor y furia a un tiempo – de las infancias truncas de los cuarenta y nueve niños. En la tradición judía a cada muerto joven le corresponde un árbol cortado. Nuevamente la literalidad. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Y en este bosque de pequeños árboles truncos, sólo podemos exigir que se castigue a los culpables. Estas líneas quieren ser un abrazo a las madres y padres que valientemente han emprendido la lucha por la justicia. Para decirles que estamos con ellos. Para sumar voces y más voces que se opongan al silencio del poder. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Carlos Monsiváis tiene razón, como siempre: lo de Hermosillo no le pasó a Hermosillo, le pasó al país entero. Sabemos que algunos querrán extender las redes de la amnesia sobre uno de los peores crímenes colectivos de nuestra historia reciente. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Estoy de acuerdo con lo que dice Ricardo Rocha en su prólogo, no se trata de una “tragedia” sino de un crimen. Algunos querrán extender las sombras del olvido sobre los mecanismos de corrupción e ineficiencia que llevaron a la muerte a cuarenta y nueve chiquitos. Las autoridades estatales y federales, las del Instituto Mexicano del Seguro Social (las de antes y las actuales), los funcionarios que prefirieron “hacerse de la vista gorda” ante las irregularidades de las guarderías subrogadas, los que aún no han cambiado las políticas a través de las cuales se entregan a particulares estas concesiones. “Todo se perpetró con la envoltura de la subrogación, un esquema perverso en la habilitación de las guarderías para los jodidos, es decir, los trabajadores, ellos y ellas: entre menos gasten los dueños, mayores son sus ganancias” (Ricardo Rocha en “Las madres más tristes del mundo”, prólogo a Nosotros somos los culpables) . Todos ellos tienen la obligación política, jurídica, pero sobre todo moral, de rendirle cuentas a la sociedad. ¿Por qué al presidente Calderón le cuesta tanto recibir a los padres que han conformado el Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de junio? </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Los ojos de todos los habitantes de México están puestos sobre los responsables. Por lo menos hoy, 5 de junio. No esperando los resultados de los partidos de futbol, sino esperando que se haga justicia. El documento emitido por la Suprema Corte marca, como pocas veces, la línea a seguir. “El costumbrismo nacional de violar la ley hizo que el gobierno de Sonora tuviera una bodega de papelería, sin medida de seguridad alguna, junto a una guardería. Así se dio un incendio en la bodega qué llegó a la guardería. El Máximo Tribunal sigue en el dictamen poniendo al desnudo a las instituciones, nos indica que: a) no había capacidad en los hospitales, b) ambulancias, c) total desorganización en el rescate, y d) El IMSS impidió que los niños fueran trasladados a hospitales en Sacramento California, EU.”, escribió Javier Cruz Angulo en su columna de ayer , dando cuenta de algunas de las muchísimas irregularidades que provocaron las muertes. Necesitamos que las instituciones encargadas de la procuración de justicia cumplan también su papel. </p></div><div style="text-align: justify;"><p>Diego Enrique Osorno construye una obra con las voces de todos; un relato coral para poder transmitirnos el dolor y la angustia que nacieron aquel viernes negro. Para poder transmitirnos la desesperación y la furia. Con las voces de todos. Hoy es 5 de junio y el libro se suma a las cuarenta y nueve caritas que exigen justicia.</p></div>Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-4396122746552672492010-03-17T23:53:00.000-07:002010-03-17T23:55:33.007-07:00PRENDIDA DE LAS LAMPARAS: ROSARIO POR SIEMPRE<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.biosstars-mx.com/blogperla/uploaded_images/PRENDIDA-DE-LAS-LAMPARAS-770652.bmp"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 246px; height: 320px;" src="http://www.biosstars-mx.com/blogperla/uploaded_images/PRENDIDA-DE-LAS-LAMPARAS-770652.bmp" border="0" alt="" /></a><br /><br /><br />Un cuadrado de arena, tres lámparas colgantes más tres actrices que se desdoblan en Rosario Castellanos y varios personajes entrañables que la acompañaron en su trayecto existencial, algunos reales y otros ficticios,son los elementos claves del montaje: "Prendida de las lámparas" que tiene una acertada dramaturgia de Elena Guiochins y una sensible dirección de Alberto Lomnitz.<br /><br />Blanca Guerra, María Inés Pintado y Haydé Boetto son las actrices encargadas de darle vida a una puesta en escena, que se va construyendo y desconstruyendo a modo de un rompecabezas, una puesta donde hay vaivén entre los recuerdos y las vivencias, donde la materia prima son episodios capitales de la vida de Rosario Castellanos, así como fragmentos de algunos de sus poemas, cartas y entrevistas.<br />El título de la obra "Prendida de las lámparas" viene de una frase que continuamente repetía la escritora, sobre todo en sus momentos de desaliento o angustia, presagio de su muerte acaecida el 7 de agosto de 1974, cuando se electrocutó con una lámpara en su casa de Tel Aviv. Tiempos en que era embajadora de México en Israel.<br />El paisaje interior de Rosario Castellanos queda expuesto con bellas imágenes plásticas en esta puesta en escena, que apuesta por la sencillez y el talento de las intérpretes, que se aleja de artificios del multimedia, que prefiere la naturalidad.<br />Elena Guiochins extrapola algunos momentos estelares de una vida un tanto difícil, como la difícil relación amorosa que sostuvo con Ricardo Guerra, que para la poeta fue como estar sentados frente al tablero de ajedrez para ver quien daba el jaque mate final, su infancia en Comitán Chiapas y sus sentimientos de culpa ante la temprana muerte de su hermano Minchito, su vocación literaria y esa su defensa de la condición femenina, entre otros temas.<br />Se incluyen poemas como: "Autorretrato", "Amanecer", "El rescate del mundo", entre otros y fragmentos reveladores de las cartas que ella le escribía a Guerra.<br />"Prendida de las lámparas" fusiona buena dramaturgia, con una dirección creativa y con tres actrices que dan lo mejor de sí mismas, en un viaje que no es lineal, sino que es calidóscopico.<br />Uno de los momentos climáticos, es cuando le preguntan el porque escribe y ella simplemente responde: "Porque una vez, me miré al espejo y no había nada, cuando los demás chorreaban de importancia."<br />"Prendida de las lámparas" es simplemente un tributo amoroso a Rosario Castellanos, una mujer excepcional, que es evocada en escena.<br />Esta obra se presenta jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18 horas en el Teatro El Granero "Xavier Rojas" del Centro Cultural del Bosque. Altamente recomendable.Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-2826875630435802282010-03-09T18:42:00.000-08:002010-03-09T18:48:37.082-08:00En una tumbona de 2 plazas. Entrevista a Vivian Abenshushan y Luigi Amara. Por Saúl Hernández (alumno del PEC)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.hechoenoaxaca.org/images/stories/entrevistas/tumbona/vs_originalidad.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 317px; height: 425px;" src="http://www.hechoenoaxaca.org/images/stories/entrevistas/tumbona/vs_originalidad.jpg" border="0" alt="" /></a><br /><br />En el 2005, aburridos de leer libros solemnes y plomizos, de ver como la industria editorial (mexicana) doblaba, dobla, las manos frente al mercado, Vivian Abenshushan y Luigi Amara fundaron Tumbona Ediciones. Su proposito: crear libros lúdicos, explosivos, y knockouts. Para no extender más esta introducción y hacerla, precisamente, plomiza y solemne, los dejo con/en la Tumbona.<br />***<br /> <br />Luigi Amara: “¿Por qué hacer una editorial y contribuir a esa montaña de libros?” ***<br /><br />Saúl Hernández: Si ya se contribuyó a esa montaña de libros, ¿qué hacer para que ésta se mueva, para que no esté inmóvil?<br /><br />LA: Nosotros hemos apelado a la imaginación, justamente porque carecemos de dinero para hacer los libros, para promoverlos, para difundirlos. Nos parece que la industria del libro está viciada en casi todos los aspectos por el sesgo comercial; entonces, digamos, es una paradoja, porque tampoco el libro puede prescindir de un circuito comercial. Hemos intentado que las presentaciones de los libros sean diferentes, las hemos hecho con videos, con videos satíricos, que los libros se encuentren en otros lugares que no son las librerías, que la gente se los tope en lugares imprevistos. Sabemos que mucha gente no entra a las librerías. Si quieres que los libros lleguen a los lectores, tienes que sacarlos de ahí. Ver de qué manera hacer del libro un objeto no serio, no impositivo, no un deber. Las campañas a favor de la lectura tienen ese sesgo moralino, bienpensante: “es bueno leer”. <br /><br />Vivian Abenshushan: “Aquí aprovecho para responder a una de las preguntas más frecuentes de nuestros lectores: ¿qué demonios es una tumbona?, ¿una veracruzana con caderas voluptuosas?, ¿una madriza?, ¿una banda de pueblo con retintín? Nada de eso. Tumbona es una silla extensible y articulada, que puede disponerse en forma de canapé, es decir, de forma cuasi horizontal, la posición perfecta para la lectura, la contemplación del paisaje o de uno mismo.” ***<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_ZgUqIuQo6Oo/S4auwerBqTI/AAAAAAAAAQo/kWveKX2R02E/s400/Capote_Tumbonesco_II.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 261px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_ZgUqIuQo6Oo/S4auwerBqTI/AAAAAAAAAQo/kWveKX2R02E/s400/Capote_Tumbonesco_II.jpg" border="0" alt="" /></a>LA: Nos interesa que el libro y la lectura sea un objeto placentero de ver, de leer, de hojear, de tener. Pensando en el mundo digital, es un proyecto un poco arcaico en la medida en que todavía cree en el fetichismo del objeto libro.<br /> <br />SH: Quizá tiene ver con el juego, con el libro como un objeto lúdico. Me llama la atención que trabajen con flipbooks porque no conocía una editorial mexicana que se interesara en ellos. ¿Por qué incluyeron los flipbooks en su proyecto editorial?<br /><blockquote><br /><span style="font-weight:bold;">SEGUIR LEYENDO: <a href="http://www.hechoenoaxaca.org/index.php?option=com_content&view=article&id=117:entrevista-a-vivian-abenshushan-y-luigi-amara&catid=26:entrevistas&Itemid=15"> http://www.hechoenoaxaca.org/index.php?option=com_content&view=article&id=117:entrevista-a-vivian-abenshushan-y-luigi-amara&catid=26:entrevistas&Itemid=15</a></span></blockquote>Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-37058479774771773982010-03-05T13:18:00.000-08:002010-03-05T18:56:32.082-08:00El melancólico universo de Erri de Luca, por Sandra Lorenzano<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_AjUUnskZlqg/S5F1Zs15_SI/AAAAAAAAAfw/K3Qpo7sewMU/s1600-h/el+melancolico+universo+de+Erri+de+Luca,+feb+2010.bmp"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 286px; height: 300px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_AjUUnskZlqg/S5F1Zs15_SI/AAAAAAAAAfw/K3Qpo7sewMU/s200/el+melancolico+universo+de+Erri+de+Luca,+feb+2010.bmp" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445262508862078242" /></a>Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-23469931808327402312010-03-01T17:58:00.000-08:002010-03-01T18:01:14.001-08:00Borges en los baños de San Ildefonso, por Fernando Fernández<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_AjUUnskZlqg/S4xxGZyxSPI/AAAAAAAAAfQ/Ke9srQmrRM0/s1600-h/Borges+en+San+Ildefonso.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 132px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_AjUUnskZlqg/S4xxGZyxSPI/AAAAAAAAAfQ/Ke9srQmrRM0/s200/Borges+en+San+Ildefonso.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5443850404401072370" /></a><br /><blockquote>Foto: Rogelio Cuéllar</blockquote><br /><br />Volé miles de kilómetros para encontrarme con ella, removí cielo y tierra para conseguir su teléfono, le llamé insistentemente cuatro o cinco días y cuando por fin la tuve delante me dijo que no iba a darme la entrevista. Primero se mostró fría, como si la cosa no fuera conmigo; cuando nos sentamos a conversar, su puso como un tigre. ¿El motivo? Una fotografía de Borges en los mingitorios del Antiguo Colegio de San Ildefonso que yo había publicado tres años antes, en junio de 1996, cuando se cumplía una década de la muerte del gran escritor argentino.<br /><br />Con la carta en la que le solicitaba la entrevista, le había mandado aquel número ilustrado con las fotos que le hizo Rogelio Cuéllar a Borges en 1973, la primera vez que estuvo en México. Aunque María Kodama nunca me contestó, viajé a Buenos Aires donde tenía concertados encuentros, entre otros, con Ricardo Piglia, César Aira y María Esther Vázquez. Finalmente, gracias a la intermediación de un alto funcionario del mundo del libro argentino, la viuda de Borges me concedió veinte minutos no sin antes manifestarme explícitamente su enojo. Si cuando publiqué mi “Crónica del centenario” (Viceversa, agosto de 1999) dejé fuera la transcripción literal de los argumentos que me dio para reprobar la publicación de la imagen, once años más tarde la recupero para ponerla junto al testimonio de Rogelio Cuéllar sobre las circunstancias en las que hizo la foto. Ésta, por cierto, la he escaneado del número donde apareció originalmente, por lo que mantengo mi promesa de no publicarla de nuevo. <br /><br />Los hechos, según los conté en agosto de 1999<br /> “Usted”, me dijo, “¿ha sido el responsable de esa revista desde hace tiempo?” Yo le dije que sí, que yo había sido el director de Viceversa desde el principio. “Entonces, ¿fue usted quien permitió publicar esa foto en la que Borges aparece en el toilette...?”. <br />De pronto tuve en la mente la extraordinaria foto de cuerpo entero de Borges que publicamos a dos páginas, tomada casi de perfil, con el bastón descansando entre el brazo derecho y el costado, el zapato visible perfectamente boleado, mientras orina en un mingitorio. <br /><br /><blockquote>Para continuar leyendo ve a: <a href="http://">http://oralapluma.blogspot.com/2010/03/borges-en-los-banos-de-san-ildefonso.html</a></blockquote>Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-75217246504861194122010-03-01T17:57:00.001-08:002010-03-01T17:57:22.525-08:00La vida te da sopresas, por Sandra Lorenzano<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_AjUUnskZlqg/S4xuTMLIUDI/AAAAAAAAAfI/7CggaVjAe14/s1600-h/sandra+lorenzano,+27+de+febrero.bmp"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 194px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_AjUUnskZlqg/S4xuTMLIUDI/AAAAAAAAAfI/7CggaVjAe14/s200/sandra+lorenzano,+27+de+febrero.bmp" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5443847325548564530" /></a><br /><br /><span style="font-weight:bold;">Publicado en: El Universal. Sección Letras + Artes, 27 de febrero de 2010.</span><br /><br /><blockquote>“Amanecí con ganas de leer a Pavese. No sé si a ustedes les pasa esto: despertarse no sólo con antojo de café, de leche con chocolate, de cigarro o de mate amargo, sino con antojo de poesía.”</blockquote><br /><br />Para leer el artículo haz "click" en la imagen.<br /><br />Más de Sandra Lorenzano: <a href="http://">http://sandralorenzano.blogspot.com</a>Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-44048177392702660862010-02-19T11:49:00.000-08:002010-02-19T11:52:37.382-08:00Prendida de las lámparas, de Elena Guiochins<span style="font-weight:bold;">La Jornada</span><br />http://www.jornada.unam.mx/2009/11/12/index.php?section=opinion&article=a04a1cul<br /><br />Prendida de las lámparas<br />Por: Olga Harmony<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.teatroymas.com.mx/sitio/teatro/contemporaneo/prendida_lamparas/images/prendida_lamparas.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 353px;" src="http://www.teatroymas.com.mx/sitio/teatro/contemporaneo/prendida_lamparas/images/prendida_lamparas.jpg" border="0" alt="" /></a> Resulta muy difícil aprehender una personalidad tan compleja como la de Rosario Castellanos, aun con independencia de su talento como poeta y narradora que le dio un sitio muy relevante en la literatura mexicana del siglo XX. Feminista sin pertenecer a algún movimiento, promotora del Teatro Petén en Comitán, abogada de la causa indígena, distinguida universitaria, embajadora en Tel Aviv. Pertenece a un pasado muy próximo y todavía viven muchos que la conocieron y estimaron y otros que, sin conocerla, recuerdan sus interesantes colaboraciones en el diario Excélsior muchas veces impregnadas de un cierto amargo humorismo. Algunos la evocamos bella, con sus ojos inmensos, su pelo renegrido y su luminosa sonrisa en algún lugar de la cafetería de la Facultad de Filosofía y Letras, entonces –antes de Ciudad Universitaria– ubicada en Mascarones. La dramaturga Elena Guiochins eligió, para hablar de esta mujer que supo latín, aspectos de su vida sostenidos por palabras que alguna vez escribió o que dijo en entrevista.<br /><br />El título de la obra de Guiochins se basa, según afirma la autora, en una expresión que le era característica y trae a la mente la forma de su muerte en Tel Aviv por una descarga eléctrica al cambiar el foco de una lámpara y tocar con su pie desnudo un charquito de agua en el suelo. Que una vida y una obra tan importantes terminara en estúpido accidente trajo muchas dudas en el medio mexicano acerca de si no se debería a suicidio, versión tremendista pronto acallada. La dramaturga, al presentar diversos pasajes de la vida de Rosario Castellanos, hace concurrir en escena a personajes reales con quienes la protagonista tuvo trato, desde su madre y su nana en la infancia en Comitán, hasta su dolido amor por su esposo Ricardo Guerra –distinguido filósofo, miembro del grupo Hyperion de los años 50– y pone énfasis en su estrecha amistad con la también importante poeta Dolores Castro.<br /><br />Un mérito de la obra de Elena Guiochins es que, lejos de tener un discurso lineal, ofrece los distintos momentos de la vida de Rosario de manera fragmentaria, lo que puede ser tomado como un rompecabezas pero que más me parece como alguien recordando a un ser querido y en cuyos recuerdos aparecen lugares, personas y hechos sin orden ni concierto, tal como sucede en la realidad. La autora propone a tres actrices para dar tres etapas de su biografiada: Rosario embajadora o Bella dama sin piedad (Blanca Guerra), Rosario estudiante u Oficio de tinieblas (María Inés Pintado ) y Rosario niña o Lívida luz (Haydeé Boetto), las tres correspondiendo a títulos literarios. Sea idea de ella o del director, Alberto Lomnitz, es un acierto que las tres excelentes actrices no se limiten a personificar los momentos que le serían asignados, sino que todas encarnen a la protagonista en todos los momentos y todas se repartan a los otros personajes. A veces, el cambio de actriz y personaje es tan rápido que pone a prueba la capacidad de las actrices, que salen avante.<br /><br />En una escenografía debida al director, consistente en un arenero, tres sillas que entran y salen, más una lámpara de mesa y tres que descienden del telar, recordando la muerte de la embajadora con que la obra empieza, los personajes se contaminan, dos actrices representan al unísono al doctor De la Fuente, el eminente psiquiatra padre del que fuera rector de la UNAM en la terapia a que se sujetó Rosario. Blanca Guerra, María Inés Pintado y Haydeé Boetto pueden ser Rosario en cada vivencia suya, siempre fincada en el rechazo y la soledad desde el incidente de la muerte del hermano –reproducida en Balún Canán– y las atroces palabras de la madre, hasta las infidelidades de Ricardo Guerra y el dolor que le produjeran. La preciosa amistad que tuvo con la autora de La ciudad y el viento, el reconocimiento y afecto que se le brindaron desde antes de su encargo en la embajada no lograron paliar durante largo tiempo su desamparo, aunque al parecer, en sus últimos años en Israel hubo la posibilidad de un renacimiento amoroso sin los celos y las desaveniencias de su matrimonio, aunque esto último, a lo mejor meras especulaciones, no aparece en escena. Asistir a esta escenificación invita a leer o releer a Rosario Castellanos, ya sea su poesía o su vigente trilogía indigenista.Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-42387625884803524812009-08-07T19:22:00.000-07:002009-08-07T19:23:39.195-07:00El arte del cine en la poética de Alicia García Bergua<span style="font-weight:bold;">Alicia García Bergua en las Guías de lectura</span><br /><blockquote><br />El arte del cine en la poética de Alicia García Bergua<br />Joel Phillips</blockquote><br /><br />Alicia García Bergua nació en la Ciudad de México el 9 de septiembre de 1954. Poeta, ensayista y traductora. Estudió filosofía en la FFyL de la UNAM. Ha sido editora de publicaciones científicas y, entre otras, de La Jornada Semanal y la revista Este País. Escribió con Antonio Serrano dos obras de teatro: A destiempo y Doble cara. Es miembro del SNCA desde 2001. Entre su libros destacan los de ensayos, Memoria e historia, la soberbia del olvido y Las pasiones de la inteligencia; y de poesía, Fatigarse entre fantasmas, La anchura de la calle y Una naranja en medio de la tarde.<br /><br />En entrevista con la Coordinación Nacional de Literatura, Alicia rememora su infancia y adolescencia cinéfila que vivió entre los cines, a los que asistía de manera religiosa, y las películas que veía en casa, su entrada tardía a la escritura y el encuentro permanente con personalidades de la literatura mexicana que la han apoyado y le han externado su entusiasmo por su labor como poeta.<br /><br />El Cine y la literatura: herencia de pasiones<br /><br />Alicia García Bergua recuerda con claridad que el primer acercamiento a la literatura se dio en el seno familiar: “mi papá vivía en el mundo intelectual y yo había conocido a muchos escritores desde chica, pero yo no me veía como escritora”.<br /><br />Siendo hija de Emilio García Riera, historiador y periodista especializado en cine mexicano, Alicia comenta que su casa estaba llena de libros del séptimo arte; ella misma no recuerda haber sido una niña lectora, pero sí que “como a los 6 años mi papá me regaló un libro detestable, La vida de la abejas de Maeterlinck, y nunca pude leerlo. Es bastante malo, incluso, Woody Allen, en una de sus películas se burla del autor. Sin embargo, con el tiempo comprendí que leer te ensancha el horizonte, te permite conocer otras personas profundamente y otros lugares, y te hace ver que hay un mundo más allá del que te rodea”.<br /><br />“En ese aspecto, mi hermano era de los que leía desde los tres años, él fue el que me influenció, porque también era escritor. Lamentablemente falleció a los 22 años (en 1979). Él, mi hermana Ana y yo éramos bastante unidos. En lo personal me costó mucho entrar en el mundo de la lectura y de la literatura, aunque sí leía, por ejemplo, cuentos humorísticos de Max Wein que mi papá compraba, y, más grande, novelas del socialismo oficialista, porque mis padres eran republicanos españoles y, aunque no eran estalinistas, nos llegaba el boletín informativo de la URSS. Además, tenían libros como Banderas sobre las torres, que fueron de mis primeras ‘lecturas concientes’, a la edad de 15 años.<br /><br />“De mi casa, algo especial que recuerdo, por ejemplo, fue la época en que mi papá me regaló La montaña mágica de Thomas Mann y luego, todos estábamos leyendo ese libro, que es una novela maravillosa sobre la cual platicábamos y discutíamos. También Gabriel García Márquez era amigo de mi papá y lo teníamos de visita, justo en la época del boom latinoamericano. Eso me motivó mucho a leer sus novelas. Leímos a Cortázar, a Vargas Llosa, fueron lecturas que compartimos en familia. De pronto adquirí una amplia cultura literaria.<br /><br />“Por otra parte, como buen cinéfilo, mi padre nos tenía encomendado ir al ‘cine debate’ todos los domingos. Incluso nos pedía que copiáramos los créditos y le hiciéramos fichas, con sinopsis de las películas mexicanas que pasaban por televisión, de cierta manera trabajábamos para él y por eso he visto suficiente cine. Para mi hermana como narradora fue maravilloso.<br /><br />“Gracias a esas actividades me di cuenta que se podía ver la realidad de México y del mundo a través del cine, el cual además de ser un testimonio interesante es un arte, aunque Octavio Paz no lo haya querido considerar así. Hoy día sigo siendo cinéfila. Mucha de mi visión, de la imaginería de mi poesía, está hecha a partir de haber visto cine. Aunque no predomina lo visual y no escribo con métrica, tengo oído para escribir poesía.<br /><br />“En esa época, hubo una lectura que me llamó la atención. Fue De perfil de José Agustín, porque el personaje era alguien que se miraba al espejo, como yo, y en su imagen estaba el ánimo, la posibilidad de sentir y reconocerse, en su imagen estaba la posibilidad de escribir. Yo, de hecho, soy una escritora tardía. Empecé a tratar de escribir cuento y poemas como a los 19 años. Me sentía en desventaja con mi hermano, que estudió en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y se juntaba con sus amigos a platicar de los Contemporáneos.<br /><br />“Sin embargo, yo también tuve amigos como Francisco Segovia y Carmen Boullosa, aunque no me sentía una escritora. Admiraba a los poetas. Conocí a Inés Arredondo, que era todo un personaje, al igual que su esposo, Tomás Segovia. Don Tomás nos llevaba a Tepoztlán y, para mí, él fue un maestro; la lectura de su obra fue el descubrimiento de la poesía. Si bien ya lo había leído, su forma de trasmitir esa libertad de la poesía me encantó, tanto como su charla y su manera de conversar.<br /><br />Las tertulias en el Konditori<br /><br />Amante del café, Alicia gusta de preparar una mezcla especial, fuerte, con cuerpo y aroma maduro pero equilibrado. Entre cada trago, deliciosamente amargo como suelen ser los recuerdos, Alicia mantiene sus ojos claros, serenos, fijos, mientras prosigue la conversación:<br /><br />“Fue hasta cuando me uní al grupo de escritores que se reúnen en el restaurante Konditori cuando empecé a valorar mi propia voz y poesía. Es una especie de tertulia que frecuentan Fabio Morabito, Antonio Deltoro, Enrique González, Eduardo Pérez, Carmen Leñero, mi hermana Ana y yo, a veces llega Rosa Beltrán, y otros escritores, es un grupo al que ni las discusiones de 'AMLO' han podido separar.<br /><br />“A partir de entonces empezó otra época de mi vida, porque ser poeta y sobre todo, mujer, es difícil. Los poetas hombres esperan que uno sea como la imagen que proyecta la persona. Las tertulias del Konditori son reuniones de un grupo de escritores que nos juntamos por un ansia tremenda de comunicar, de hablar, de intercambiar ideas y de conversar. Más que un taller somos un grupo de amigos, con los que cada uno se atreve a decir lo que piensa y a poner a juicio de todos lo que uno escribe. Algo que valoro mucho es que ellos respetan tu manera de escribir, te dicen ‘creo que quieres decir esto y no lo dices del todo… o no te arriesgas’ e impulsan tu verdadero camino, sin querer cambiarte.<br /><br />“Mi primer libro es de lecturas implícitas, tanto de T. S. Eliot como de Paul Valèry, entre otros. Es decir, está mi propia voz, pero también esas lecturas y experiencias. Además, la parte final del libro coincide con una etapa en la que trabajé en el teatro, con Antonio Serrano. Hice una adaptación de Shakespeare que se llamó Doble cara y se representó en el Poliforum. En esa etapa pensé que la dramaturgia era mi camino, con el mismo Serrano hice una obra más de teatro y luego, con otros compañeros, dos películas. Por eso, el primer libro tiene de todo, pero en especial un matiz a partir de mis lecturas y experiencias.<br /><br />“Por otra parte, no lo había comentado, pero soy amiga de David Huerta y hubo una etapa en la que esta relación fue más estrecha y él sí me influyó bastante, no tanto en mi poesía, sino en el sentido de alentar mi escritura. Sin embargo, la poética de David me costaba muchísimo trabajo entenderla, porque me siento diferente. Para mí, leer la poesía de alguien tan distinto constituye un desafío. A parte de David, estuvieron cerca escritores como Emmanuel Andrade, Carlos López Beltrán, Sergio Negrete. También me llevaba mucho con Beatriz Novaro.”<br /><br />La escritura poética<br /><br />Cuestionada sobre su quehacer poético y su obra reciente, Alicia empieza por definir su voz como una “poesía intuitiva” que trata de emociones, incluso intelectuales, es decir, que en el terreno de la poesía, las “curiosidades racionales” y las reflexiones pasan por el mundo de sus propias emociones, sentimientos y experiencias, afirma: “mi poesía no tiene una intención absoluta. Por ejemplo, creo que hay vidas extremas y la de Tomás Segovia es una de ellas. Sus poemas tratan del pensamiento, son reflexiones filosóficas sobre vivir diariamente, lo interesante de esa poesía es que pasa por el tamiz de su poética emocional y pasional, incluso dramática. En mi caso, tengo la visión de que la poesía es un universo emocional propio, que uno tiene que enfrentar y desarrollar literariamente, que la poesía sin emociones es un fetiche y no existe”.<br /><br />“Lo que uno tiene que hacer como escritor es no obligarse, no calzar el zapato que uno siente que le luce, sino el zapato que tiene que ponerse en ese momento, el que le queda bien. Por eso, hay tanta escritura desalmada, porque la gente no pone el alma, sólo pone el conocimiento de cómo debe escribir o del estilo que debe seguir. En ese contexto, las vanguardias tuvieron su razón y esta fue emocional en su momento, representaba toda una atmósfera que se vivía en el mundo. Fueron el reflejo de una forma de vida, asumida como estilo literario.<br /><br />“Actualmente, algunos todavía creen que versificar es hacer poesía, pero no es cierto, los que hacen canciones versifican, o sea, se puede versificar y elegir cierto metro para decir las cosas pero esto no hace al poeta. Por tal razón, creo que la gente debe de descubrirse a sí misma y que la estructura no sea un armazón que la apachurre y no le permita ser libre ni respirar. Porque finalmente escribimos poesía para expandirnos como personas, para ser como las ramas de los árboles que se extienden.<br /><br />“Y si en lugar de hacer eso, uno se amarra los brazos con las ideas de poesía que tienen otros, entonces ya no se respeta la individualidad. Por lo anterior, siento que en esta época ser poeta joven es complicado. Mi generación no tenía respeto a la autoridad, y ahora es a la inversa: luchan porque se les reconozca. Esto sin olvidar que los poetas de mi generación, los adultos, ahora les exigen a los jóvenes ser como ellos nunca fueron.<br /><br />El ensayo didáctico<br /><br />“Estudié filosofía y me la paso escribiendo ensayos sobre el proyecto intelectual que hay en los poetas, porque cada uno tiene una forma de mente, una manera de pensar. Trato de imaginarme cómo es la mente de los otros poetas. Me gusta pensar que cada mente es un mundo y que, en cada una, las emociones y la curiosidades están expuestas de manera distinta. Eso es lo maravilloso de cada poeta, que Chumacero no es parecido a Octavio Paz, que ambos son absolutamente distintos, que ninguno de ellos es Neruda.<br /><br />“Creo que vivimos en una época que entre tantos libros de autoayuda, entre tantas explicaciones prácticas de lo que uno es emocionalmente, uno no termina viviendo naturalmente sus emociones. Así que la literatura y, en general, el arte, tienen ese papel de enseñar a la gente a vivir con sus emociones, su propia vida.<br /><br />“De tal forma, quizá se escuche obvio, ese tipo de situaciones son reales y suceden a cada momento. Antes teníamos las novelas complejas, los personajes de Dostoievski que de alguna manera enseñaban a la gente a vivir emocionalmente. Nadie juzgaba su salud o enfermedad, no había esa división entre la vida real (práctica) y la vida emocional. La gente no necesitaba explicarse utilitariamente todo lo que vivía.<br /><br />Interrogada sobre su escritura reciente en este género, Alicia señala: “estoy escribiendo un ensayo sobre Incurable de David Huerta, porque creo que es un libro importantísimo. Incurable es interesante porque hay un discurso filosófico-emocional, así como un yo delirante, desesperado que trata de sobrevivir a partir de las palabras y el cómo las relata.<br /><br />“Además, estoy redondeando un libro que creí que había terminado, lo empecé a escribir después de la muerte de mi padre, es todo lo contrario a Una naranja en medio de la tarde, porque son poemas que hablan de hechos concretos, como el paso del tiempo y la muerte.<br /><br />“En este libro, siento que perdí ese tono confesional de mis primeros escritos, porque ya no soy joven. Soy una persona que pasó de los 50 años y eso tiene desventajas, pero literariamente tiene muchas ventajas, aquí coincido con Eliot, que concebía la poesía como el despliegue de una amplia gama emocional. Eso es lo que nos descubrió Dante a los occidentales, el despliegue de una gran gama de emociones, de eso trata La divina comedia: del encuentro con todas las emociones, con toda la gente, con todas las situaciones. En sentido opuesto, cuando uno es joven, el despliegue de esa gama emocional es muy intenso, a tal grado que a veces las emociones no permiten decir nada ni ver nada.<br /><br />“Yo ahora estoy en una época en la cual siento que controlo más mis emociones y mis intereses están más por encima de los deseos momentáneos. Tengo una curiosidad más profunda.”Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4733032450142796652.post-8047828446861601652009-05-13T14:14:00.000-07:002009-05-13T14:21:01.345-07:00De la investigación a la posesión: Los niños de paja de Bernardo Esquinca. Por Alan Abarca Saint Martin (miembro del PEC)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_MeYsJkB7H0I/SOot3tLBiCI/AAAAAAAAASQ/GEXQJoTH7zk/s400/Los+ni%C3%B1os+de+paja.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 211px; height: 296px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_MeYsJkB7H0I/SOot3tLBiCI/AAAAAAAAASQ/GEXQJoTH7zk/s400/Los+ni%C3%B1os+de+paja.jpg" border="0" alt="" /></a><br /><blockquote>Texto presentado en ocasión de la visita de Bernardo Esquinca al Taller de Narrativa</blockquote><br /><br /><br /><br /><span style="font-weight:bold;">De la investigación a la posesión:<br />Los niños de paja de Bernardo Esquinca</span><br /><span style="font-weight:bold;">Alan Abarca Saint Martin</span><br /><br />¿Es posible combinar la fantasía con la realidad? ¿Las costumbres junto con los ritos paganos? ¿La cotidianeidad con situaciones extrañas? ¿O será que lo anterior está reunido en la vida que llevamos pero no reparamos en ello? En el libro Los niños de paja de Bernardo Esquinca, vislumbramos un mundo donde todos estos elementos convergen creando distintas atmósferas siniestras y de suspenso, dentro del territorio mexicano que se siente como si se estuviera presente en el momento. El lector es parte del relato, pues reacciona y se conmueve casi como un personaje. <br />Las distintas descripciones, así como las historias mismas, nos llevan desde investigaciones con insectos por un crimen cometido y experimentos en manicomios, hasta visitas con pitonisas y persecuciones por niños “poseídos” por un dios azteca. ¡Qué decir de los finales no esperados!<br /> El lenguaje que Bernardo Esquinca utiliza es asombroso, ya que le otorga dinamismo y logra acentuar su efecto de las situaciones inesperadas. No necesita un lenguaje rebuscado ni rimbombante para la creación de sus textos. Observamos una clara determinación y decisión en la manera en que elabora sus historias.<br /> Mencione anteriormente el ambiente siniestro y extraño de los relatos del libro, tomando como ejemplo “El dios de la piscina” donde uno va descubriendo una nueva revolución, una lucha entre sexos para destruir al otro. Uno junto con el narrador, conoce las posturas de ambos bandos, sintiendo y, tal vez, visualizando un final, pero al momento de llegar éste no es como uno lo esperaba. Retoma las características propuestas por Poe, Quiroga y Cortazar: economía del lenguaje, congruencia temporal y espacial y final sorpresivo, el famoso “knock out” u “otra vuelta de tuerca”. <br /> Extrañamente el cuento “La vida secreta de los insectos” narra la historia de un investigador que con ayuda de los insectos descifra y resuelve distintos asesinatos o misterios policíacos. No me refiero con el término extrañamente a que es un cuento anormal o sin fundamentos, más bien es algo que no común para el lector y sin embargo le produce interés. ¿Cómo es posible que a través de los insectos puedas determinar las horas que lleva muerto una persona? Suena algo ilógico, empero al leer esta historia, el narrador nos presenta la postura que, a lo mejor, muchas personas conocen, pero otras no y cómo a través de las distintas categorías de los mismos se puede resolver el caso.<br /> Qué decir de la nouvelle “Los niños de paja” cuyo referente inmediato y claro es “Los niños del maíz” que, como se lee en la cuarta de forros: “rinde tributo al mejor Stephen King”. En esta historia nos enteramos de cierto fanatismo por el dios mexica Tezcatlipoca Negro que en palabras del narrador es: “El que no nos desampara ni de noche ni de día […] el hermano antagónico de Quetzalcóatl. Dios de todo lo relacionado con la noche, las epidemias y las guerras”. Asimismo, la veneración que los niños le profesan por cuyo motivo logran hacer un trato para ser niños eternamente y por otro lado: “reflejan un rechazo al mundo infantil, pero también al adulto… Son algo indefinido, una mezcla siniestra de la ingenuidad y la crueldad infantiles con las pulsaciones violentas de los adultos”<br /> El dinamismo de las historias, así como los sentimientos y las emociones exacerbadas de las personas: culpa, ansiedad, esperanza, amor, entre otros, nos demuestran el riguroso trabajo que Bernardo Esquinca nos comparte. Sus historias consiguen producir distintas reacciones y no por eso mismo un cuento es mejor que otro. En síntesis, Los niños de paja es un libro para aquellas personas que les gusta la mezcla entre el mundo cotidiano (realidad) con la ficción, así como para aquellas que creen que su realidad es extraña. Después de leerlo se darán cuenta que su vida nl es tan compleja ni extravagante como el autor lo refleja.Programa de Escritura Creativahttp://www.blogger.com/profile/00334707305376453702noreply@blogger.com0